10 de noviembre de 2008

ÁREAS PROTEGIDAS, ABEJAS Y GENTE

Publicado en El Diario de la Región, de Resistencia, Chaco, el sábado 8 de noviembre de 2008.
Por Clara Riveros Sosa

Fue un hombre visionario y ampliamente generoso, no cabe ninguna duda. Profundamente enamorado de la imponente naturaleza de las vastedades patagónicas, desarrolló en esas tierras su trabajo de geógrafo y explorador, afrontando el duro clima y en condiciones tan precarias como adversas, más arduas todavía si las enmarcamos con los elementos tecnológicos y de confort de que podía disponerse hace bastante más de un siglo.
Unos años después de concluido su relevamiento, que condujo a la demarcación efectiva de los límites con Chile, Francisco P. Moreno -más conocido como el perito Moreno justamente por esta labor- fue premiado por el gobierno argentino con tierras en esa zona tan áspera como incomparablemente bella, en mérito a la ejemplar tarea realizada y a sus veintidós años de servicios esforzados ¡y gratuitos! al país. Pues bien, no hizo lo que otros propietarios actuales, que cercan férreamente sus inmensos predios y niegan el acceso a ellos hasta a las autoridades argentinas. Francisco P. Moreno donó a la nación las tierras que le fueran otorgadas, recomendando en una nota "mantener su fisonomía natural y que las obras que se realicen sólo sean aquellas que faciliten comodidades para la vida del visitante". Cumplió este acto el 6 de noviembre de 1903, por eso anteayer se conmemoró el Día de los Parques Nacionales. La donación de Moreno fue un acto pionero, el mundo no contaba aun con áreas protegidas, salvo la primera de ellas, la de Yellowstone en Estados Unidos.
Con esta decisión, que hoy resultaría impensable por la magnitud de su desprendimiento y por tratarse de un privilegiado lugar del mundo, se originó el Parque Nacional Nahuel Huapi, y si bien tardó décadas en consolidarse como tal, en el transcurso del tiempo se le fue agregando mucha más superficie hasta centuplicar la original.
Es interesante observar que de manera alguna Moreno se dejó llevar por la pasión por ese magnífico espacio de nuestro país al extremo de pretender encerrarlo sin otro objetivo que conservar su belleza. Tenía bien clara la importancia de un área semejante en cuanto a su valor social, educativo y como motor de desarrollo regional; es así que, en la misma nota que citábamos, avizoraba que "convertida en propiedad pública inalienable llegaría a ser pronto centro de grandes actividades intelectuales y sociales y por lo tanto, excelente instrumento de progreso humano".
Este criterio, tan de avanzada y expresado hace ciento dos años, contrasta de un modo notable con la idea, a veces más o menos explícita pero con mayor frecuencia solapada, que persiste en cierta gente y que le hace ver en las áreas protegidas solamente un obstáculo para la producción (agrícola- ganadera, forestal o minera), para las obras de infraestructura (rutas, puentes, represas, ductos y otras) o para urbanizaciones y emprendimientos inmobiliarios. Además de los fuertes intereses, de lucro y de poder, que acaparan el entendimiento y borran toda otra consideración, predomina la creencia simple de que se trata de espacios perdidos o inútiles, y esto ocurre porque no son fáciles de visualizar los “productos” y servicios que permanentemente está generando la naturaleza sólo con existir, más allá del inmenso potencial que contiene y que el perito Moreno supo vislumbrar. Además de estas ventajas, las áreas protegidas -y todas aquéllas que, aunque no lo estén, aun permanezcan más o menos exentas de contaminación y depredación, así se trate de manchones pequeños- pese a que no se advierta a simple vista, están sosteniendo, y con mucha fuerza, toda la vida y todas las actividades humanas que se desarrollan a su alrededor e incluso a mucha distancia de ellas. Esta situación de estrecha dependencia pasa inadvertida y sólo comienza a notarse, tardíamente, cuando la naturaleza es arrasada y entonces sí se hacen patentes los crueles efectos de su ausencia. Incluso en esos momentos no se interpreta lo que sucede y se asiste con sorpresa y dolor, pero sin conciencia plena de las causas, a los “desastres naturales” (que, como siempre se dice, son cada vez menos naturales) y a sus inmediatos impactos en la sociedad y en la economía. No está de más recordar nuevamente al calentamiento global (que no aparece ni mencionado en los proyectos de gobiernos y empresas pese a que condiciona el futuro), a los sucesivos y hasta superpuestos estados de emergencia que sufrimos por inundación y sequía, a la superpoblación de las ciudades por el paralelo despoblamiento del campo, y a la pérdida de recursos que disminuye o directamente imposibilita la continuación de actividades que daban sustento a muchas comunidades.
La pérdida de la biodiversidad es mirada por muchos casi como una preocupación banal en medio de cosas supuestamente más importantes. Sin embargo, y exactamente en estos días, los ignorados productores apícolas locales reiteran su alarma ante la notable reducción en las cantidades de miel obtenidas y que es debida a la pérdida de la vegetación de que se alimentan sus abejas. Mientras tanto, éstas también se afectan directamente por el uso de pesticidas y la presencia de otros contaminantes en las áreas aledañas a las colmenas. Y estamos hablando del riesgo que corren productos de alta demanda fuera del país, así como la gente -bastante más de lo que se piensa- que trabaja en esta actividad, y que, en circunstancias favorables, bien podría ser mucha más. En coincidencia, estuvimos viendo un documental de la National Geographic que plantea el mismo problema, pero a nivel global, y pone el acento en otro aspecto: la desaparición de las abejas, silvestres o de colmenares, es considerada una catástrofe mundial para la agricultura (sobre todo en el rubro alimenticio), la que puede experimentar un profundo quiebre si no cuenta con los servicios de polinización que presta este pequeño insecto que no despierta la atención ni la consideración que consiguen el ganado mayor, los cerdos o los pollos. La National Geographic dedica buena parte de su video a los trabajos de investigación que se están realizando sobre un mal cada vez más extendido entre las abejas de muchos países y que, según tales estudios, resulta ser una enfermedad por insuficiencia: la escasa variedad de flores las debilita porque necesitan – igual que nosotros- disponer de una alimentación variada y nada les resulta más letal que los monocultivos. Como si fuera poco, al mismo tiempo también nos están llegando informes de especialistas que manifiestan su preocupación por este asunto, señalan la generalizada debilidad de las abejas que las vuelve susceptibles a numerosas enfermedades, y nos recuerdan una frase de Albert Einstein: “Si desaparecieran las abejas, en cuatro años desaparecería la raza humana. Sin abejas, no hay polinización, ni plantas, ni seres humanos”. En los sitios de donde ya desaparecieron se han probado una variedad de artilugios para reemplazarlas y que resultaron, en todos los casos, muy poco efectivos y absolutamente insuficientes.
Entendamos que estamos hablando apenas de un insecto en particular y cuya influencia sobre el resto de los seres vivos nos resulta relativamente posible calcular. Pensemos también entonces en los millones de seres vivos (animales, plantas, microorganismos) que nos sustentan de modos indirectos y, con frecuencia, de maneras imperceptibles y sumamente complejas. Todo ese universo de biodiversidad sostiene la vida en una constante interacción entre sí y con los elementos no biológicos del mundo en que vivimos. Por eso, no podemos decidir de buenas a primeras eliminar o aplicarle un determinado trato a cualquier componente o fuerza del ambiente sin medir las consecuencias de estas acciones. Demasiadas veces -y así va el planeta- la imprevisión con que se encaran en este aspecto emprendimientos de los que se espera rentabilidad y empleos, termina anulando o exterminando – a menudo para siempre- otras actividades alternativas con que podría lograr sustento digno una cantidad igual o aun mayor de personas, y lo que es peor, se acaba con esas actividades al mismo tiempo que con los recursos naturales que permitirían desarrollarlas de una manera sustentable y satisfactoria.
Quizás lo antedicho baste como ejemplo y además, para responder a quienes, ante las objeciones planteadas a la radicación de ciertas industrias, gustan decir que los ambientalistas no se preocupan por la gente.
Cabe una última reflexión, retomando el tema inicial: las áreas de naturaleza protegida no pueden cumplir su cometido previsto si fuera de ellas se suceden las perturbaciones como tsunamis que se abatieran sobre islas diminutas. El ambiente no tiene muros, y los parques, reservas y sitios especiales – motitas que no alcanzan entidad en un mapa- no pueden mantenerse como espacios de máximo cuidado con un exterior concebido como que allí todo vale. Y la carta blanca para hacer cualquier cosa en esa área mayor en la que vivimos todos es inadmisible, por nuestra vida y salud.

1 comentario:

  1. PETITORIO SOLIDARIO CON LOS TRABAJADORES AJEROS DE MENDOZA

    Los abajo firmantes reclamamos al Gobernador de la Provincia de Mendoza, contador Celso Jaque, que tome medidas concretas contra la escandalosa extorsión de la Cooperativa fraudulenta "Colonia Barranquero" y los empresarios del sector ajero que encabeza la exportadora Campo Grande SA., quienes amanezan despedir y cerrar miles de puestos de trabajo en Mendoza, sino obtiene el compromiso del Estado provincial de permitirle mantener a sus empleados por fuera de las leyes provinciales, nacionales e internacionales.

    Exigen mantener en la provincia "cooperativas" que el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), ha sancionado luego de demostrar un mega fraude laboral de la "Cooperativa" Colonia Barranquero que afecta a mas de 17.000 empleados en el país. Aún habiéndose demostrado con la resolución 806/2008 del INAES, que esta encubre relaciones laborales, no se ha prohibido funcionar aún en la provincia, ni se está investigando donde están los aportes jubilitarios robados.

    Contra la Ley vigente, los empresarios reclaman además el compromiso de terminar las inspecciones que hace la Subsecretaría de Trabajo de la provincia y el Ministerio de Trabajo nacional que han confirmado en los últimos meses condiciones de extrema explotación, entre las que se cuentan jornadas de 14 horas diarias sin agua potable ni baños químicos, que solo se pueden calificar como "esclavitud". En dichas condiciones se han confirmado la explotación de niños en las fincas y galpones de ajo que contratan a esta cooperativa. Con el flagrante caso de las fincas de la empresa Campo Grande SA., donde se detectaron niños de 12 años cortando ajos al rayo del sol, con las filosas tijeras, cumpliendo jornadas de hasta 12 horas.

    Los trabajadores reclamaron durante la pasada temporada, que se termine con el fraude laboral de la Cooperativa Colonia Barranquero, con numerosas protestas y mas de 300 cartas documento que reclamaban el blanqueo de la relación laboral. Por ello debieron sufrir la muerte del delegado Carlos Erazo, como consecuencia de los golpes sufridos en la feroz represión sobre las mujeres ajeras que se manifestaron en forma pacífica frente a la empresa. Mientras, el sector exportador del ajo no ha reportado, durante los últimos años, mas que extraordinarios aumentos de precios internacionales, nuevos mercados, y el aumento de las hectáreas dedicadas a su producción. Por ello se lo califica como la "vedette" de 2007, que alcanzó los 88,6 millones de dólares (frente a las 65,7 millones de 2006) según Los Andes (24- 08- 2008).

    Las últimas semanas la Colonia Barranquero y la empresa Campo Grande SA., han contratado matones que impiden el ingreso de los delgados gremiales en la empresa y han propinado grandes amenazas. Por lo que hacemos responsable al empresario Adrián Sánchez, y el Gobierno de la Provincia de Mendoza de la integridad física y la reinstalación efectiva de los delegados gremiales. No se puede permitir que los 500 empleados ajeros de Campo Grande SA., y sus familias, junto a la comunidad que se desempeña en esta actividad sufran esta extorsión. No se puede permitir que Mendoza sea una provincia donde se quiera negociar el fraude a las leyes laborales y la explotación infantil. Esta situación avergüenza la provincia y el país.

    Por todo ello reclamamos al Gobierno de la Provincia de Mendoza:

    *Decretar la disolución inmediata de la cooperativa fraudulenta "Colonia Barranquero" .

    *Terminar con el fraude laboral en el sector. Blanquea de sus trabajadores.

    *Terminar con la explotación infantil de las empresas ajeras.

    *Garantizar todos los puestos de trabajo de Campo Grande SA., y las empresas del sector. Que el Estado provincial tome toda empresa que cierre o despida a sus empleados. Ya que el ajo es un sector de punta en la producción de la provincia, terminar con la extorsión que sufren las familias ajeras.

    *Terminar con las amenazas y matones contratados por la empresa, que impiden la reinstalación de los delegados gremiales.


    MOVIMIENTO DE APOYO EN LA LUCHA POR LA TIERRA (MALUT- LA PAMPA):

    Para mas información y adherir: www.enlaluchaporlatierra.blogspot.com

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